martes, 15 de diciembre de 2009

Colombia ganadora del Premio Fósil del Día por entorpercer los diálogos en Copenhagen

El periódico El Espectador acaba de publicar que Colombia se ganó el premio Fósil por entorpecer las negociaciones sobre cambio climático en Copenhagen. (ver más abajo artículo completo)

De acuerdo a varios artículos publicados en medios nacionales, para las autoridades colombianas el cambio climático no es relevante, y acudimos al viejo truco del "ombliguismo" para dividir y no para buscar áreas comunes de diálogo. De este desastre es interesante rescatar el papel de promoción, difusión y control de las ONGs que llaman la atención sobre este tipo de actitudes que nos dejan en franca en evidencia, a pesar de las excusas que presentemos.


Hace más o menos un año, el profesor George López señalaba los nuevos desafíos que hoy en día enfrentan los constructores de paz. La degradación del medio ambiente está en primera fila, junto con el incremento del crimen transnacional. Precisamente, hace unos días el NY Times también reportó que el medio ambiente era considerado por Estados Unidos como una asunto de seguridad nacional. Estamos preparando a la nueva generación de constructores de paz en abordar estos temas?

Me pregunto qué nivel de participación tuvieron los diferentes sectores de la sociedad civil colombiana en definir la estrategia de negociación de Colombia para la cumbre en Copenhagen y si se tuvo en cuenta la seriedad del mismo.

Colombia tiene mucho que avanzar...
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ONG otorgan a Colombia el Premio Fósil del Día
Por: Pablo Correa, enviado especial a Copenhague | Elespectador.com

Se trata de un galardón que todos los días se asignan a países que, según ellas, entorpecen las negociaciones.

Colombia y Estados Unidos recibieron el tercer puesto en el Premio Fósil del Día por retrasar la negociación en torno al proyecto REDD (Programa de Reducción de Emisiones de Carbono causadas por la Deforestación y la Degradación de los Bosques). Se trata de un galardón que todos los días un grupo de Ong asigna a los países que según ellas entorpecen las negociaciones en la cumbre de cambio climático en Copenhague.

Colombia se hizo merecedora del castigo que es anunciado a través del boletín ECO que se distribuye entre los asistentes porque en una tarde convirtieron un texto de tres páginas donde se acordaban las condiciones en las que funcionara REDD en un texto de siete páginas. “La edición del texto y su expansión impiden que el texto llegue pronto a manos de los ministros”, dijeron los editores de ECO y añadieron “hubo un gran paso hacia atrás en lo que hasta ahora había sido un proceso positivo en la Cumbre”.

En entrevista con El Espectador, el ministro de ambiente Carlos Costa explicó por qué Colombia tenía una posición distinta a la mayoría de los países en el tema de REDD que es considerado uno de los más importantes de la cumbre pues se trata del mecanismo financiero para mantener en pie los bosques y frenar la deforestación que en todo el mundo es responsable del 17% de la emisión de los gases de efecto invernadero.

A grandes rasgos, Colombia se opone a que el dinero para REDD sea manejado a nivel nacional y propone que se haga a nivel subregional. Según el ministro Costa: “La plata de Redd de esta convención no es una donación para compensarnos por el pasado. Es para frenar la deforestación o las amenazas a la deforestación. Lo más fácil para todos sería que cada país se comprometa a unas metas de control de su deforestación y recibiera unos recursos. Si no cumple le suspenden los recursos. Si cumple le llegan más. Pero Colombia tiene particularidades. Uno, nuestra tasa de deforestación es bajita y si una región se descuadra las metas nacionales se ven afectadas”.

En la entrevista publicada explicó que “si en alguna región pasa algo la posibilidad de recibir plata para el resto del país se ve amenazada. Los proyectos de Redd tienen que ser consultados con las comunidades. No puedo llegar a decir "por ley aquí se baja la deforestación". Eso debe ser consultado. Sobretodo porque la mayor parte del bosque está en territorios de propiedad de indígenas y comunidades negras. Trabajar a nivel subnacional da esa flexibilidad”.

Algunas organizaciones no gubernamentales han atacado la posición de Colombia insinuando que lo que está detrás de los argumentos del gobierno es la incapacidad de controlar los cultivos de coca. Al respecto el ministro respondió: “Ese es el cuento que están vendiendo para atacar nuestra situación. Nuestra posición está fundamentada en que cuando uno tiene un país con la variedad cultural y geográfica como Colombia no le pueden pedir lo mismo que a un país centroamericano. Queremos abrir la puerta para que los recursos entre comunidades y recursos sea directa, que no todo lo tenga que intermediar el Estado y se cree una burocracia. Cuando se genera una reacción más directa, la comunidad se da cuenta que se está hablando en serio y hacen bien la tarea”.

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