sábado, 19 de julio de 2008

De la academia en la construccion de la paz. El problema


No se si sea un dilema, pero sí es una inquietud con la cual me enfrento todo el tiempo.
La labor del académico y el practicante no logran encontrarse y menos comunicarse.

Recuerdo cuando fui a la conferencia "Entre el Perdón y el Paredón" que organizó la Universidad de Los Andes para debatir los temas actuales en cuanto a la Justicia Transicional en Colombia (2004?).

Se presentaron excelentes ponencias tanto internacionales como nacionales. Fue una veradera fiesta intelectual y teórica. Fue interesante contar con la presencia de Iván Cepeda, cuyo padre fue asesinado por su liderazgo al frente de la Unión Patriótica. Su visión permitió un acercamiento a la visión de las víctimas.

Pero siempre quedaba la pregunta, cómo traducimos esta fiesta intelectual para que sea útil para la gente que está en campo trabajando con gente víctimas, prepetradores y comunidad?


Cada vez que hago trabajo de campo es evidente que la gente en terreno no le interesa, ni le importa los debates académicos. Basta con mirarlos a la cara para entender que ellos necesitan soluciones, recursos y acompañamiento, no teoría. Están aburridos que se les tenga en cuenta únicamente como informantes y que otros se lucren a costa de una experiencia que seguramente ha costado muchas vidas.

Por otro lado, vemos académicos que nunca han trabajado hombro a hombro con quienes "ponen el pecho" a la paz, pero su impacto es importante.

Por su puesto hay normas éticas que regulan la labor del investigador en campo. Pero, aún así, vuelve la pregunta: cómo se benefician las comunidades del ejercicio teórico?

Podemos decir, que estos debates se traducen en políticas públicas que eventualmente tendrán algún impacto en la gente; o que los documentos que se publican se usarán en las universidades para formar una nueva generación de profesionales. Pero es esto cierto? Quienes elaboran las políticas públicas en Colombia consultan las investigaciones realizadas? las universidades están realmente formando profesionales conocedores de los avances en la investigación social en Colombia?

Me pregunto si los académicos colombianos se preocupan por que sus debates tengan alguna utilidad práctica. No estoy pidiendo que se dediquen a hacer cartillas ni talleres, pero sí a romper la brecha con los que necesitan de tanta sapiencia.

Aveces esta lejanía se puede confundir con prepotencia. Tal vez lo seamos... lo cual nos lleva a cuestionarnos como constructores de paz... por que un últimas no estamos haciendo nada.

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