jueves, 16 de enero de 2014

Indicadores transformadores

Una de las principales inquietudes de los constructores de paz, especialmente de quienes trabajan a nivel comunitario, es cómo medir el impacto de sus actividades. ¿Cómo saber si los talleres, las conferencias, las mediaciones, las marchas, las reformas, y las protestas, entre otros, no solo disminuyen los índices de violencia, sino que además contribuyen al establecimiento de prácticas e instituciones que impidan el escalamiento de la violencia?

Organizaciones gubernamentales y ONGs prefieren medir su éxito en términos cuantitativos: número de personas beneficiadas, cantidad de comida y medicinas distribuidas, talleres realizados, número de asistentes a un evento, presupuesto ejecutado, etc. Aunque estos instrumentos proporcionan una mirada de la eficiencia de las instituciones, poco dicen de lo que realmente está sucediendo en la vida cotidiana de las personas.  ¿Cómo han cambiado - o no- las relaciones entre grupos diversos? ¿Cómo resuelven las personas sus problemas cotidianos? ¿Han cambiado las relaciones entre hombres, mujeres, jóvenes y adultos? ¿Qué narrativas predominan que explican y justifican las diferentes percepciones y acciones en la comunidad? Estas son solo algunas de las preguntas a los cuales los constructores de paz, se ven enfrentados día a día.

Todo investigador sabe que de acuerdo a la formulación de una pregunta determina el tipo de respuesta que se recibe. Marcos teóricos como los estudios post-coloniales y el feminismo, proporciona aproximaciones y métodos que resultan más adecuados para resolver los cuestionamientos mencionados.  Lamentablemente, aunque los estudios de paz es un campo interdisciplinario, aún no ha acogido estas innovaciones de disciplinas cercanas. Por el contrario, sigue empeñada en métodos tradicionales de investigación que solo dan una mirada parcial. Cuál es la propuesta de los investigadores colombianos para responder a estos vacíos?

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